lunes, 12 de octubre de 2015

Líquido...

Caen cabellos como líquido,
de un gotero perpetuo,
como agua, o mermelada,
o sudor, o sangre.
Caen en tu espalda,
en mi pecho.
Caen interrumpiendo un beso,
o un orgasmo,
o un verso,
o un grito;
Y me obligan,
aún sin dejar de caer,
a desvanecer con una caricia
la ventana empañada que crean
en tu rostro,
limitandola comunicación
de nuestras miradas.
Caen aún;
sobre la cama,
sobre tu cuello,
sobre mi vientre.
Como rio de cristal,
como cause de espermas,
como mar de saliva.
Caen.
Caen.
Caen.
Y no paran.
Hasta hacernos uno.
Hasta ser mortales.
Hasta hacernos líquido a nosotros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario